¿Qué es un cigarro puro?
El origen del cigarro puro, es la planta del tabaco; muy pocos lugares del mundo tienen temperatura, humedad y suelo adecuado para que una semilla se convierta en una planta cuyas hojas puedan utilizarse para elaborar un cigarro puro. La planta del tabaco pertenece a la familia de las solanáceas, originaria de América; su raíz es fibrosa, tallo de 5 a 12 cm de altura (velloso y con médula blanca), hojas alternas, grandes, lanceoladas y glutinosas; flores en racimo con el cáliz tubular y corola rojo purpúreo o amarillo pálido.
¿Cómo se fuma un cigarro puro?
1º.- Elegir un puro teniendo en cuenta el tiempo que va a ser necesario para consumirlo.
2º.- El corte: se realiza para que pueda circular el humo. Se corta hasta los llamados “hombros”, es decir donde el puro comienza a enderezarse para transformarse en un tubo. Este corte no debe de ser demasiado amplio ni demasiado profundo por que afectará a la cantidad de humo y al aroma del puro.
3º.- Prender el puro: utilice un fósforo o un mechero de gas natural, coja el puro con una mano inclinándolo con un ángulo de 45º justo encima de la llama. Deje que la llama prenda uniformemente el pie del puro, ayúdelo soplándolo si fuera necesario.
4º.- Primeras bocanadas: Llévese el puro encendido a los labios y sople a través del mismo para expulsar todo sabor desagradable producido por el encendido.
5º.- Llene su boca con el humo y reténgalo sin inhalarlo; retire el puro de la boca y suéltelo lentamente.
6º.- Frecuencia de caladas: Fume en intervalos de un minuto más o menos para que el puro no se apague.
7º.- Cuanto más rápido fume menos placentera será la experiencia, ya que el puro se calentará en exceso y tendrá un sabor amargo.
8º.- La cabeza del puro debe de estar lo más seca posible, por lo que evitará tenerlo en la boca demasiado tiempo.
9º.- El sabor que tiene la primera mitad del puro es distinta a la de la segunda, la cantidad de humo aumenta y el sabor se intensifica, lo que no siempre es positivo: exceso de olor y mayor humo en el ambiente.
10º.- Sujete el puro suave pero firmemente: debe utilizar el dedo pulgar, el índice y el corazón.
11º.- Para sacudir la ceniza acumulada, tome una calada a fin de encender el pie y dé un golpecito en el cenicero; lo ideal es dar un golpe seco que deje al descubierto el pie del puro encendido.
12º.- El cenicero debe ser el lugar final de reposo de un puro; déjelo apagar por sí solo, se consumirá rápidamente y generará el mínimo olor; apagándolo con los dedos o aplastándolo sobre el cenicero, solo esparcirá más restos de tabaco y, con ellos, humos desagradables.
martes, 7 de agosto de 2007
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